La involución del carrito gemelar. A veces te apetecería coger una de estas y mandar a paseo la sillita doble |
Cuando tienes tu primer bebé (uno, solo uno), todo es fácil (bueno, ahora lo puedo ver con cierta perspectiva…pero en su momento creí morir por momentos).
Todo es relativamente fácil porque el mundo está hecho para tener los hijos de uno en uno. No de dos en dos. Y puedes sobrevivir solo/a en la mayor parte de las situaciones. Con dos se complica mucho.
Cuando llegaron los mellis después de nuestros otros hijos simples -no múltiples- encontré varios problemillas, que hay que tener en cuenta:
– El coche: Si tienes un bebé, durante los primeros meses, le llevas en huevito. Y el huevito puedes ponerlo en el asiento del copiloto si vas solo/a. Así si el bebé llora, o si se le cae el chupo, o si simplemente estornuda, o se rie y quieres verlo, lo tienes ahí a mano para todo; ojo, siempre y cuando puedas desconectar el airbag de ese asiento.
Cuando tienes dos, uno pringa y le toca ir en el asiento de atrás; o los dos, como es mi caso, ya que no puedo desconectar el airbag.
– Los ascensores y las puertas: Cuando compras una casa, antes de tener un bebé, ni te imaginas que hay una mínima posibilidad de que puedan venir dos o más a la vez. Y de repente, te ves pagando una hipoteca de una casa en la que ninguna sillita gemelar entra en el ascensor ni en la puerta de tu casa, y mucho menos en la de las habitaciones, sin que tengas que desmontarla o plegarla.
– Los restaurantes y las tiendas: Madre mía, qué difícil es entrar en la mayoría de las tiendinas de barrio con una gemelar… Al menos los supermercados en general tienen pasillos bastante anchos y sueles poder pasar por ellos sin problemas. Pero he aquí otro problema. Esos carritos estupendos de la compra que llevan un huevito incorporado para que puedas hacer cómodamente la compra con tu bebé. Con dos bebés, ya me dirás: como no pongas uno encima de otro…. Y si llevas la silla gemelar, olvídate de poder llevar un carro o una cestita salvo que la silla tenga mango continuo (altamente recomendable) y sea supermanejable.
Lo mismo pasa en los restaurantes. Con una sillita individual normalmente puedes conseguir un huequillo al lado de la mesa en la que coméis casi sin problema, pero con una gemelar, ya os puede tocar un camarero agradable al que le guste esquivarla para pasar a las mesas de al lado. No en todos los restaurantes se puede entrar con una silla así. O incluso encontrar dos tronas libres, y poder ponerlas juntas frente a la mesa que os asignen.
Hay ciertas soluciones para algunos de estos problemas que estamos empezando a implementar.
1.- Siempre llevar una mochila o foulard a mano. O dos! Nuestra silla, la Bugaboo Donkey, nos permite convertirla en una silla individual estrechándose, así que a veces facilita la movilidad y el acceso a muchos sitios, y siempre se puede usar la mochila o el foulard para llevar a uno de los bebés cuando la conviertes en individual.
2.-Hoy hemos ido a un restaurante, y hemos ido con dos sillas individuales. Ha sido más cómodo para todos.Y ningún problema de espacio.
3.-El coche: benditos hermanos mayores. Nos vigilan a los bebés desde los asientos que están más atrás. Y la verdad es que no pasa nada por no tenerles en el asiento de al lado. Eso siempre y cuando los viajes no sean muy largos.
4.-Lo de los ascensores y las puertas no tiene mucho remedio. Solo hay que ser paciente, mañoso y hacer un poco de músculo. Plegar la silla, coger a los peques en cuello, o poner a uno en mochila, y pasar el apurón lo antes posible.
Seguro que a vosotros/as se os ocurren más situaciones así. Estaríamos encantadas de que las comentaseis.
Elena
Elena Aguirre
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A nuestros pequeños les encanta explorar y moverse en este tipo de «vehículos». Todos nos hemos subido a un tractor con nuestros abuelos, a un carretillo o a algo con ruedas para ir más rápido e investigar por nuestra cuenta.
Ir a un bar a tomar un café. Hasta hace poco con el calorcillo te quedabas en la terraza. Ahora que ha llegado el invierno no cabes en todos los bares ni por la puerta, ni por espacio dentro. Aún así yo no renuncio a mi cortadito mañanero.
Hola Hortensia:
Gracias por tu comentario. Haces muy bien, no te prives de tu cafetito. Al final los papás múltiples nos acabamos apañando sin saber cómo… Querer es poder…
Para mí (soy Ana) lo del café no es problema porque directamente mis hijos no aguantan sentados, si la sillita no está en movimiento, ni un segundo, así que ni me lo planteo… Lo de sentarme a comer en un restaurante o simplemente tomar algo, es para mí ciencia ficción!
Un saludo,
Ana
Hortensia, yo estoy descubriendo el mundo de los cafés para llevar 🙂 Todo es ser creativo.
Estos días me estoy dando cuenta de que otro sitio en el que es imposible entrar con un gemelar es en las tiendas de los chinos…con lo bien que vienen de vez en cuando para apaños….pero eso sí, ya he aprendido cómo se dice gemelos en chino "lon-fon-thae"-a base de dejarles el a entrada de la tienda mientras yo rebusco por los estrechos pasillos 😉