Aunque nuestra entrada de hoy no es un plagio, nos hemos inspirado sospechosamente en este post de http://multiples.about.com/, cuyo enlace os dejamos por si os apetece leerlo.

Nos ha gustado el tema, y es que cuando eres padre/madre, se te presentan un montón de dilemas. Los padres de múltiples tenemos una pequeña carga extra de dudas que afrontamos ya desde el embarazo, y van in crescendo a medida que lo hacen los niños. A saber:

  1. La elección del carrito gemelar, a la que tantas entradas hemos dedicado (y seguiremos dedicando). No existe un carrito perfecto, ¡si así fuera lo tendríamos todos! Tenemos que conjugar demasiadas variables para poder encajar el carro en el ascensor, la puerta de casa, el maletero del coche, nuestros riñones para cargar con él, y el confort de los niños. Primero debemos decidir si lo queremos en paralelo, en tándem o uno encima de otro. Y luego hacer encaje de bolillos para ver cuál es el que mejor se adecua a nuestras necesidades;
  2. Los nombres: si ya es difícil elegir nombre para un bebé… para dos es un quebradero de cabeza importante. ¿Ponemos nombres que rimen, o que tengan la misma inicial, o que estén coordinados de alguna manera? ¿O elegimos dos nombres que no tengan nada que ver uno con otro? Si por ejemplo queríamos poner el nombre del padre a nuestro primogénito y vienen dos niños, ¿qué hacemos? En fin, que da para rato, pero no hay problema, tenemos 9 meses para pensarlo…
  3. Alimentar a demanda o establecer horarios fijos: los primeros meses con gemelos en casa son el caos más absoluto. Si damos el pecho, en principio es recomendable hacerlo a demanda para garantizar el éxito de la lactancia, pero eso supone pasarse prácticamente las 24 horas del día con un bebé mamando, porque es posible, y probable (especialmente en el caso de gemelos dicigóticos) que tengan horarios diferentes. Si damos leche de fórmula, los horarios rígidos parecen una buena alternativa para no acabar desquiciados. Pero cuando uno de los bebés se despierta desgañitándose por el hambre y el otro duerme plácidamente y continúa haciéndolo tras alimentar a su hermano, ¿no da una pena infinita despertarlo para cuadrar horarios?
  4. ¿Vestirlos iguales?: hace tiempo dedicamos esta entrada a hablar del tema. Si los bebés son niño y niña puede no haber tanto dilema, pero cuando son del mismo sexo… Por un lado vestirlos iguales resulta comodísimo para gestionar el armario y la compra de ropa, pero por otro, hay teorías que recomiendan no hacerlo para fomentar la individualidad de cada uno. Creo que al final hacemos lo que podemos, y conseguimos que los niños no vayan en bolingas por la vida, que ya es mucho;
  5. En el cole, ¿juntos o separados? Sobre este tema se ha hablado mucho, porque de repente se puso de moda que a los gemelos hay que separarlos para que fomenten su individualidad. Y en muchos colegios concertados y públicos de España, los padres ni siquiera pueden elegir, el colegio lo impone. Hay estudios que demuestran lo contrario, que es bueno que los niños vayan juntos hasta los 6 años y separarlos más adelante. Pero… ¿qué pasa si en el colegio sólo hay dos clases por curso y nuestros niños empiezan juntos en infantil y los separamos al llegar a primaria? Uno de ellos se verá separado de repente no sólo de su hermano, sino de toda su clase. Esta entrada del Rincón de Cocks Feenstra en el blog de Somos Múltiples es muy interesante;
  6. Tratarlos de forma ecuánime: supongo que esto es un quebradero de cabeza para todos los padres de todas las familias, independientemente del número de hijos y si vienen a pares. El dilema con los gemelos viene por el hecho de que atraviesan las mismas etapas a la vez, y resulta muy difícil ser justo con los dos. Sabemos que no se les debe tratar igual porque son personas diferentes, pero a veces es taaaan complicado ser justo con cada uno de forma individual…;
  7.  Compartir habitación: si nuestra casa es pequeña o hay más hermanos que habitaciones, la decisión no es tan difícil: hay que apañarse con lo que hay. Pero si la casa dispone de habitaciones suficientes y/o no hay más hermanos, ¿qué hacemos?;
  8.  Las odiosas comparaciones: como contaba Ana en esta entrada antigua, y Elena en esta otra la semana pasada, ya dentro de casa es complicado no hacer comparaciones constantemente entre dos bebés que se están desarrollando a la vez ¿por qué uno habla antes que el otro? ¿por qué el otro come mejor que el uno? ¿por qué A duerme más que B? Pero más o menos estamos mentalizados y lo vamos llevando y mordiéndonos la lengua a cada rato. Sin embargo, ¿cómo reaccionar ante las insistentes comparaciones que TODO el mundo hace a TODAS horas por la calle? «ay mira, este es el más bueno» «ay mira, este es más guapo» «ay mira, este es el más pillín«… ¿Qué hacemos, ponemos orejeras a nuestros hijos para que no oigan nada? ¿Colgamos un cartel del carro que diga «comparaciones no, gracias»?

¿Qué dilemas se os presentan en el día a día con vuestros múltiples y, si se da el caso, sus otros hermanos?

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Asturiana, habladora compulsiva, culo inquieto, Licenciada en un par de cosillas y madre de 3 + 3. Los tres primeros son ? ? ? del cielo y los tres siguientes (los mellizos Zipi y Zape y el pequeño Tamagochi), afortunadamente nos dan mucha lata. No soy superwoman, trabajo en equipo con mi Pantuflo. Nadie dijo que fuera fácil... pero ¿y lo bien que lo pasamos?

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