Aunque por mi forma de escribir pueda parecer que vivo en el mundo de la piruleta, tener dos bebés a la vez (o uno solo, o cuatro como Elena) no es nada fácil, y es duro, por unos u otros motivos. Pero cuando antes de tener a estos dos, has dejado tres por el camino, lo ves todo con otros ojos. El papá y yo lo hablamos muchas veces. Si no hubiésemos pasado todo lo que pasamos anteriormente, por nuestra forma de ser hoy estaríamos tirándonos de los pelos probablemente. Porque dos bebés no dan tregua y requieren atención continua desde que nacieron, primero porque lloraban a todas horas, y ahora porque quieren explorarlo y probarlo todo y no distinguen entre un trozo de pan y un botón (todo pa´ la boca) y ves peligros por todas partes. Es literalmente agotador, física y psicológicamente. Y a veces pierdes la paciencia y el control de ti misma. En ocasiones he chillado a mis hijos por pura desesperación, o me he enfadado muchísimo porque no querían tomar una medicina, porque no querían dormir o no paraban de llorar.
Por eso llevo tatuada una mariposa y tres estrellas en el dorso de la muñeca, en un sitio bien visible para mí, que me recuerda todos los días que mis hijos son un gran milagro, porque en mi estadística personal, lograr llevar un embarazo a término no es lo habitual (sólo lo he conseguido 1 de 4). No quiero olvidar esas tres almas que pasaron por nuestra vida y que nunca pudimos abrazar. Gracias a ellas he aprendido a ser feliz, hemos crecido como pareja y nos está resultando (relativamente) fácil sobrellevar la crianza de dos a la vez y disfrutar de nuestros hijos. En los momentos críticos dirijo mis ojos a mi muñeca, admiro mis
tres estrellas, cojo aire, suelto alguna palabrota internamente (alguna que otra vez se me escapa a viva voz) cuento hasta diez, lloro si hace falta, tomo impulso y tiro hacia adelante dando gracias por el regalo tan grande que me ha caído del cielo por partida doble. Me considero una privilegiada.
Así que así estoy, como se dice vulgarmente, “jo****, pero contenta”. Contenta no, inmensamente feliz.
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No había leído nunca esta entrada, aunque sí sabía tu historia por tus palabras en mi blog. Yo de momento sólo tengo esas tres estrellitas y no tengo la dicha de haber llevado a término un embarazo, pero mi cabezonería, ilusión y leer historias como la vuestra me alientan a seguir en esta lucha. Un abrazo.
Claro que sí Esther! A por ello! Un abrazo, luchadora
Es importante leer entradas como esta, que expliquen la crudeza del día a día pero la felicidad que se puede obtener a cambio. Yo aún estoy en la espera, pero no puedo dejar de tener unos minutos de miedo al día al pensar en lo que se nos viene encima y en intentar no dejarme vencer por esa sensación de que es el fin. En general me encuentro animada y me siento capaz, pero no puedo evitar pensar si acaso soy una ilusa creyendo que todo es posible. Mientras llegan Chip y Chop, ¡arriba el ánimo!
Un abrazo
Hola Belén:
Gracias por leernos y por tu comentario. No eres una ilusa, ¡todo es posible! Si tus hijos han elegido venir los dos a la vez es porque puedes con ello, no lo dudes. Tendrás momentos en que no sepas por dónde tirar, pero todo va saliendo.
Enhorabuena por tu multiembarazo. Te deseamos que vaya todo muy bien en el parto y postparto, y esperamos que nos sigas leyendo y compartas cuando así lo desees.
Un abrazo
Por aquí seguiremos. Estoy también comenzando en la aventura de los blogs (En-Red-Dos) para hacer un pequeño diario de la aventura y así aprovechar mejor el tiempo (ahora que puedo), y no dejar que la mente campe a sus anchas, jajaja.
Un abrazo!
Ana!! Qué bonito!!
Enhorabuena por el blog, Estoy enganchadísima 🙂
Me he sentido muy identificada con esta entrada 😉 y me he emocionado mucho al leerlo :_)
Sabes? Conociéndote creo que aunque no hubieras tenido esas experiencias tendrías esa sonrisa en la boca, porque tú eres así, alegre!
Un beso grande amiga!
Mil Gracias Mawi! tú sí que me has emocionado.
Gracias por leernos y ser nuestra seguidora, y nos alegramos un montón de que te guste tanto nuestro blog.
Nos vemos en nada.
Un beso grande
Ana es precioso todo lo que has escrito. Y te deseo de todo corazón toda la felicidad del mundo. Esos peques no saben la suerte que tienen teniendote como mami. Mucha energía y a disfrutar de ese camino, que apenas ha empezado.Muchisimos besos, Amalina
Gracias Amalina, qué ilusión que nos escribas y nos leas.
Un beso grande