Tengo a Ana absolutamente colgada…y
el motivo no es otro que el hecho de que “no doy pa más”. Tener 4 hijos es
agotador, pero que dos de ellos sean gemelos ¡es aún más! Y si encima cada vez que
les llevo a la guarde, se ponen malos y pasan 3 semanas en casa, con sus días
de fiebre y sus noches de tos y lloros, pues ya os podéis imaginar. Y si además
a eso le sumamos las vacaciones de los peques mayores, y que he estado enferma
yo también, y que la mierda y el caos en casa nos está devorando…vamos… que os
hacéis una idea.

Pero quiero aprovechar para retomar el tema de los riesgos en casa, que ya tratamos en esta otra entrada de hace unos meses. Estoy viviendo muy intensamente esta etapa en la que los mellizos empiezan a
no parar ni un milisegundo, y quería compartirlo por si os
puede ayudar.

Estas son algunas cosas que he visto que pasan y
que es necesario evitar si o si:

– Ser MUY prudente con lo que
dejamos por casa.
Desde lo que dejamos sobre las mesas, a lo que se queda en el
sofá, en la entrada, en las sillas….cualquier cosa al parecer merece la pena
ser llevada a la boca y catada, aunque no sea comida. Ya me he encontrado con
los peques comiendo kleenex, monedas, algún plastidecor que se ha quedado
traspapelado en las mochilas de los mayores, las tapitas de las ampollitas del
suero fisiológico, tizas….Tener dos hijos implica que no puedes mirar cada
segundo de su vida para ellos, para cada uno… y con 4, vamos…que intentarlo lo
intento, pero a veces no se puede. Lo siento.  

– Las puertas. Malditas puertas.
Mis mellizos no solo se zurran, sino que si pueden pillar los dedos de su hermano
con la puerta, lo intentarán. Madre mía que horror cuando ves que la puerta va
a pasar por encima de esos minideditos. Lo mejor para que esto no ocurra para
nosotros están siendo unos topes de puertas que las engancha por abajo,
inmovilizándolas por completo. Estos que son como esquineros para que no se
cierren del todo son un lío, porque no evitan que se pillen los dedos
igualmente. Pasas el día con las puertas abiertas, pero ahora se llevan los open
spaces
 ¡Ja!
– Las escaleras. Tienen un poder de
atracción sobrenatural. Si vives en un dúplex, como nosotros, prepárate. Subir
las escaleras las suben genial. Pero bajarlas, o de frente, o de lado, o a lo
croqueta. Ya hemos puesto vallas, arriba y abajo, pero aún así, somos tantos en
casa, que no siempre la valla queda bien cerrada. Así que hoy me encontré a
Juanin, uno de los mellis, tirado y llorando a mitad de las escaleras, después de haberse caído desde
arriba, tras haberlas subido, evidentemente, sin que yo me enterase. Me pasa por
pensar que la valla estaba cerrada. ¿Solución para esto? Ser muuuuuuy estricto
con el tema valla. Y si alguien necesita opiniones sobre el tema vallas (yo ya
he puesto dos distintas), escribidme, y os cuento.
– La comida y los atragantamientos.
Yo soy muy dada a darles comida a probar. Porque así se van acostumbrando a
texturas y sabores nuevos, y porque el puré y la papilla ya me lo mandan a freír
espárragos. Pero ya me he llevado más de un susto. Hasta ahora les molaba mucho
chupar zanahorias. Supongo que les calman porque están frías de la nevera, y
les gusta el sabor. Pero con los dientacos que ya tienen, más que chupar,
muerden, y a veces se tragan algún trozo más grande que otro. Existen ciertos
gadgets que te permiten meter comida dentro de una redecilla, que va sujeta a
un mango, para que puedan agarrarlo. Nunca lo probé, pero me parece una
solución apañada para este tipo de riesgos. Lo que sí sé por experiencia es que
no es bueno meterles un dedo dentro de la boca si vemos que se están
atragantando para sacarles lo que tienen, porque eso puede provocar que se vaya
más atrás y que se ahoguen. Hay que darles golpes en la espalda o hacer la
maniobra esa de las pelis. Creo que todos los padres deberíamos recibir un
curso de primeros auxilios, como para conducir hay que dar clases y pasar un
examen.
Y ya no me extiendo más, que odio los
posts largos…
Como siempre, espero haber sido de ayuda.
Un beso y perdonad mi
desconexión. Algún día volveré a ser persona (o no).

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Elena Aguirre

Soy Elena, madre de 4 peques, psicóloga según el diploma que me dieron al acabar la carrera, y directora de Recursos humanos "en mi tiempo libre". Si ahora volviese atrás, estudiaría magisterio, en lugar de psicología, porque me encanta disfrutar de y con los peques. Me encanta ver las cosas desde su perspectiva. Nunca pensé que tendría 4 hijos, y menos que algunos serían mellizos!pero a día de hoy no sobra ninguno y tendría más si me dejasen. Con Willy "Fogg" , que de vez en cuando nos ayuda con algún post por aquí, hacemos un equipo bastante bueno, y sobrevivimos en esto de criar a 4 peques. Soy un espíritu libre, así que, cuando no "parqueo" o estoy con los peques, necesito ver el mar cada poco, o escaparme al monte o a sitios que no conozco, viajar,salir a tomar unas cervezas con amigas entre semana, respirar aire fresco a primera hora de la mañana, y lo daría todo por ir a trabajar caminando. Devoro tabletas de turrón de Suchard, de las que hago acopio en Navidades, y cuando se me acaban, ataco la Nutella a cucharadas. La vida sin chocolate no tiene sentido. Y si tuviese todo el tiempo del mundo y me tocase la lotería, además de hacerme con una casita con prao delante del mar (con huertiquín, por supuesto), me pasaría horas montando legos y maquetas de papel o cartulina.

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