No sigas. Si vas a decirme que lo estoy haciendo mal, a dar consejos destructivos o a sugerir que tu forma de hacer las cosas era mejor, por favor calla.

Lo único que necesito que me digas, tú, desde la experiencia y la perspectiva de haber criado ya a tus hijos, es que te sentiste igual que yo me siento ahora, que había momentos en que deseabas congelar el tiempo para poder tirarte diez minutos en el sofá, que me reconozcas que muchos días estabas deseando que entrase alguien por la puerta para que se quedase con los bebés un rato mientras tardabas más de la cuenta en ducharte porque necesitabas desconectar. Dime que te agobiaba la responsabilidad, el no saber cuándo ibas a volver a dormir.

Cuéntame el miedo que sentías a hacerlo todo mal, la inseguridad que te embargaba en cada decisión.

Y después de decirme todo esto, recuérdame que todo pasa rápido, muy rápido, que los hijos son la mayor de las bendiciones, la más intensa de las locuras, el más grande de los privilegios.

Ínstame a que los coja, los achuche, los bese y los vuelva a achuchar, que pase el mayor tiempo que pueda con ellos mientras son tan pequeñitos. Tú ya sabes que no se malcrían, que no estarán el resto de su vida pidiendo brazos y reclamándome a todas horas. Porque, recuérdamelo de nuevo por favor, esta intensidad dura un suspiro, y sus efectos son para toda la vida. Dime que no me agobie por verme despeinada o deformada, que no tenga prisa por apurar los días, porque muy pronto volveré a tener tiempo para mí, para mis hobbies, para pintarme las uñas y los labios, y me volveré a ver guapa… Sí, en seguida… Todo llegará, todo volverá a su sitio, pero insísteme en que ahora… ahora el tiempo es de ellos, y echaré de menos cuando haya pasado este huracán.

Dime que confíe en mí, que no escuche a nadie que quiera hacerme sentir mal.

Reconóceme que tú no eres mejor madre que yo, y yo te reconoceré que no soy mejor que tú, esto no es una competición. Simplemente hacemos las cosas de forma diferente, pero precisamente por tu experiencia sabes que los bebés salen para adelante, independientemente de nuestro estilo de criarlos y de la época que nos toque. Que todas lo hacemos bien porque ponemos en ello mucho amor.

Confiésame que te equivocaste muchas veces, que no tenga miedo a hacerlo yo también porque es de los errores como más se aprende.

Y por último, recuérdame en unos años, cuando sea yo quien esté ante una madre insegura y primeriza, que la haga sentir bien, reconfortada, comprendida, como yo necesito que tú me hagas sentir ahora.

De madre a madre: gracias por tu apoyo.

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Asturiana, habladora compulsiva, culo inquieto, Licenciada en un par de cosillas y madre de 3 + 3. Los tres primeros son ? ? ? del cielo y los tres siguientes (los mellizos Zipi y Zape y el pequeño Tamagochi), afortunadamente nos dan mucha lata. No soy superwoman, trabajo en equipo con mi Pantuflo. Nadie dijo que fuera fácil... pero ¿y lo bien que lo pasamos?

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